viernes, 7 de noviembre de 2008

Cerdos

No me gustan los cerdos. Lo que pasa es que a veces los hombres también se comportan como estos animales de piel sucia y vello muy grueso. Haciendo ese ruido agudo y contundente que me perturba las entrañas cada vez que lo oigo.

Me llamo Zala, de familia de los Nova. Nací en un pueblo muy pequeño en el oeste de Ucrania, cerca de la frontera con los eslovacos. Soy hija única y también soy la única que tiene este apellido. Tengo 22 primos, ya que mi padre viene de diez hermanos. Él era el único hijo varón.

Por desgracia mi padre murió cuando yo tenía como 6 años en un accidente laboral. Como era muy común en mi pueblo, la mayoría de los hombres trabajaban en la cooperativa local. Mi padre gastaba su tiempo entre las tareas de trabajo y las reuniones del club de fútbol que tenia su sede al lado de la cooperativa. Lo llamaban el “Pele” del este. Era capaz de manejar el tractor y domar con la cabeza a una pelota de fútbol. Era todo un espectáculo.

El tractor que manejaba era de color rojo. En esa cooperativa todo lo que valía algo era de color rojo. Años después entendí porque la cruz roja me daba tanto respeto y confianza.

El día del accidente mi padre estaba con unos camaradas de la cooperativa jugando a los naipes en el campo. Le encantaba ese juego porque mi padre era muy bueno. Para amenizarse la partida degustaban unos tragos de vodka casera. La mejor venia de las manos de Sergei Valka, famoso en la zona por tener una oreja más pequeña que la otra. Los hombres estaban en el campo, en plena campaña de recolección de trigo. Era un mes de agosto bastante caluroso y seco. Después de la partida los hombres se largaron a tomar una siesta ya que para ese día quedaba muy poco trabajo pendiente y el ingeniero encargado de la cosecha no estaba rondando por el campo. Mi padre, como de costumbre, se tumbo debajo del tractor rojo. Era un sitio privilegiado porque el tractor le protegía del intenso sol de mediodía, y también porque lo protegía de la mirada inquisidora del ingeniero.

El ingeniero era una persona respetada y temida en la cooperativa ya que su primo pertenecía al gang de los Bezruka. Una organización de la zona que controlaba toda la venta de coches robados y también la venta de armas robadas a la milicia.

Como iba diciendo, mi padre tenia uno de los mejores sitios para disfrutar de una siesta placentera. Supongo que así también lo fue. Lo que ocurrió sucesivamente me marco de alguna manera.

Esa tarde estallo en los establos de cerdos un gran incendio. Los hombres que estaban en el campo fueron alarmados por la gente del pueblo. Todos sin pensar mucho han saltado dentro del remolque del tractor. En medio de tanto caos y alboroto no se dieron cuenta que mi padre estaba debajo de la maquina durmiendo placidamente, con una sonrisa de satisfacción ya que ese día fue el quien gano las partidas de naipes.
Ese día ocurrió una desgracia para los Nova, ocurrió una desgracia para el club, ocurrió una desgracia para mí y también para el pueblo entero. En ese incendio perecieron 257 cerdos y lechones. Lo más trágico fue la perdida de un semental, campeón regional, un cerdo que abastecía con semen a todo el criadero de la cooperativa.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Ahoj Gladyska,

pekne som si precitala co si napísala a neuveris ale mozno hej. Minulý víkend sme boli s Mirkom v dedine Maňa kde bývala jeho starká a tam sa presne takýto prípad stal. Teda nejaký panko bol na posiedke a zrejme si zdriemol ked ho presiel traktor........
tolko.

Bertberecho dijo...

Chuchaa Gladys,

Muy bueno ;)

Oink Oink

-Alberto-

ucitelka__maestra dijo...

Ahoj Didka ,
pobavil ma Tvoj najnovsí prispevok,
zakazdy si velmi rada si precítam kazdú Tvoju "kreáciu" a premyslam , kde chodís na ne...
...skoda toho pod tým traktorom, este stastie, ze oddychoval "plácidamente"...uz sa tesím na dalsie "cítanie"...vela stastia Ti zelám ..

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